Cuentan los días del Tiempo que el 9 de julio de 1816 en las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata un grupo de patriotas reunidos en Tucumán firmaron el Acta de la Independencia.
En otras palabras, Argentina tuvo su primer gobierno patrio en 1810, abolió la esclavitud a partir de 1813, declaro su Independencia en 1816 y entro en un periodo de inestabilidad política y guerras civiles que hicieron imposible sancionar una Constitución Nacional hasta 1853.
La buena noticia es que la Constitución Nacional Argentina es representativa, republicana y federal, razón por la cual todos los ancestros míos vinieron para aquí. Argentina los recibió a todos, luteranos, católicos y judíos. Argentina los recibió a todos baskos, españoles, irlandeses y polacos.Pero no siempre fue Argentina un lugar ameno, ni valiente, ni amoroso para con los demás. Existía y continua existiendo una Argentina temerosa de su Libertad y de la Responsabilidad que eso significa.
San Martín es junto a Bolívar y Washington uno de los Grandes Libertadores de América. Planeaba cruzar los Andes y liberar Chile, Perú y la actual Bolivia. Buenos Aires le daba vueltas al asunto, pero mi modo, como dirían los mexicanos. De machos no más los valientes Monteagudo, San Martín, O ´Higgins, Belgrano, Bolívar y Sucre y sus soldados anónimos nunca hicieron caso a los ricos. Si fuera por los ricos y poderosos la Esclavitud nunca se hubiera abolido.
San Martín se emperró y logró liberar tres pueblos aunque media América Latina no se lo reconociese y lo obligará a irse al exilio y dejar sus tropas al mando de Bolívar luego de una reunión trascendental en Ecuador.
Ese tipo de Hombres necesitamos. En estos momentos en que Venezuela se desangra, en que Argentina no encuentra soluciones a sus problemas, en que Cuba cree estar en Libertad sin estarlo es en San Martín que debemos pensar.
Lía Olga Herrera Soto