Cuentan los días de
los tiempos que Arthur Ignatius Conan Doyle nació el 22 de mayo de 1859 en
Edimburgo, Escocia, lugar al que sus padres irlandeses habían emigrado.
Su padre estaba muy
enfermo. Era un alcohólico, razón por la cual su madre se vió obligada a enviar
a Arthur Ignatius lejos, a un internado jesuita en la misma Inglaterra para
protegerlo. Algo terrible, ya que, Arthur no visitaba a su familia ni en
Navidad ni en Vacaciones.
Una vez finalizados
sus estudios en ese internado, Arthur
Conan Doyle regreso a Escocia para
estudiar medicina. Pero, su padre se quedó sin empleo a causa del alcoholismo.
El Joven Estudiante debió trabajar muchísimo para mantener a su familia, así
como también, para afrontar los costos de su educación.
Conoció al Doctor
Joseph Bell en aquella época y se inspiro en él para crear a Sherlock Holmes y
al querido Doctor Watson. Bell, quien contrato a Arthur por un corto periodo de
tiempo como su asistente, le enseñó a observar, deducir y obtener datos de la
sintomatología de los pacientes con gran eficacia.
Es en parte a este
hombre que contamos con la obra “El signo de los cuatro” para
nuestro disfrute personal. En esta
aventura de Sherlock Holmes el punto de partida es la existencia de un
tesoro de la India; su búsqueda, las traiciones, muertes y venganzas que
acarrea. . . Y no puedo contar más porque vale la pena leerlo. Un abrazo y
buena lectura.
Lía Olga Herrera Soto
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