lunes, 24 de junio de 2019

Ernesto Sabato, el amigo en el Tunel


Si yo puedo evitarlo No suelo hablar de las personas que amo profundamente ni de mis dolores de mi Patria que me quitan el aliento. Muchos van a hablar de literatura y yo les quiero hablar de Coherencia, Valentía y Humildad. Quiero hablarles de Ernesto Sábato.
Saben crecer en Caseros implicó que la figura de Ernesto Sábato fuera muy cercana para mis amigas y para mi. Don Ernesto vivía en Santos Lugares y tanto su trabajo como su vida iluminaron nuestra adolescencia. 
Es fácil criticar a Sábato sin haberlo conocido. Sábato y Borges son fáciles de criticar porque su grandeza nos supera y la envidia en Argentina es Mucha. 
Yo Quiero darle las Gracias a Ernesto Sábato por todo lo que hizo por mi generación. Hoy, Don Ernesto habría cumplido 108 años de edad.
Uno podía hablarle y Él te respondía. Vos le escribías y Él te escribía. El Maestro escribía libros inquietantes y después de los setenta años de edad pintaba cuadros impresionantes. 
No, como dije, No es de sus libros de lo que quiero hablar. Siempre estuvo Sábato conteniendo a la Juventud en situaciones de extrema violencia de Nuestro país en que los jóvenes necesitabamos que alguién se juegue la vida por nosotros. 
Los jóvenes argentinos debimos ser amparados, queridos, educados y Sábato estuvo allí cuando más lo necesitamos. Gracias por mil, Maestro. 
Sábato trato de vivir como quería, con una solidez y un compromiso humano pocas veces visto. Los adolescentes se lo agradecíamos mucho. Si, muchachos, yo una vez fui joven y necesite un consejo.
Sábato, su vida y su obra, fueron oxigeno en la pesadilla neoliberal que se tragaba mi Patria. Un nazi neoliberal me dijo que a él no le gustaban los libros de Sábato. Yo le dije que: no me extrañaba su mal gusto literario. Los nazis neoliberales no tienen moral ¿Cómo les va a gustar la literatura?
Con Sábato, Siempre tendremos la Resistencia. La lucha por los Derechos Humanos siempre nos unirá. Gracias por todo lo que hizo por la Humanidad, Querido Maestro. 
Lía Olga Herrera Soto

No hay comentarios.:

Publicar un comentario