¡Tengo tal cantidad de libros en casa!
Una cosa es decirlo y otra cosa muy distinta es verlos. Tengo un ropero lleno
de libros, dos bibliotecas y tuve que
pintar de turquesa varios cajones, de esos que se obtienen en la verdulería,
para apilarlos uno sobre otros repletos de textos.
Muchos sostienen que el saber no ocupa
lugar y la Verdad es que sí lo hace. El saber ocupa lugar y ocupa algo más valioso,
tiempo vital. Imaginen un adolescente leyendo,
tirado bajo un árbol, al Otro puede parecerle que no emplea su tiempo en nada valioso, mientras
que, en realidad emplea su precioso tiempo en convertirse en una versión mejor
de sí mismo.
El libro por el cual reflexione anoche
es “Esta Noche la Libertad”, escrito por Dominique Lapierre y Larry Collins. Lo
leí muy joven. Apenas reconozco a la persona que fui en esa primera lectura.
Mi
Madre lo adquirió en el Círculo de lectores. No creía que yo terminara
esa lectura. En aquella época leer 442 páginas le parecía una tarea titánica
para mí. Marshall Martha es así. Está orgullosa de mi trabajo y de mis logros
pero tiene que decirme de la forma más hiriente que no lo está porque piensa
que si no me desafía voy a perder impulso y voy a dejar de hacer lo que estoy
haciendo en ese momento.
El título original de este libro es
“Cette nuit la liberté”. Es mi primer round amoroso con la India. Me habla de
Gandhi, de la Independencia, de la Responsabilidad, del Coraje, del Decir y el
Hacer.
Mi ejemplar tiene traducción de Adolfo
Martí. Pertenece a Emecé editores y fue publicado en 1983, año importantísimo
para Argentina, por ser el año del retorno a la Democracia.
Recomiendo su lectura. Creo que Está
Bueno para l@s Chic@s. Así descubren que no todo es jugar con la PlayStation.
Lía Olga Herrera Soto
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