Quería empezar leyéndoles un tango, La Violeta de 1929,
momento en el cual la presencia italiana era importantísima, en este tango se
describe a uno de los inmigrantes, seguramente del barro de la Boca que es uno
de los más importantes, donde la inmigración tiene mucha fuerza.
“Con el codo en la
mesa mugrienta
Y la vista clavada en
un sueño
piensa el tano
Domingo Polenta
en el drama de la
inmigración
en la sucia cantina
que canta
la nostalgia del
viejo paese
desafina su ronca
garganta
ya curda de vino
carlón
eh…la Violeta
la va, la va. . .
la va sul campo che
lei si sognava
che era su Gigín che
guardando la estava.
El también busca su
sueño bien
desde aquel tan
lejano ya
que con su cara de
ilusión
la viera como la
Violeta
che la va. . . la va.
. .
Canzonetta del pago
lejano
e idealiza la sucia
taberna
y que brilla en los
ojos del tano
con la perla de un
lagrimón
la aprendió cuando
vino con otro
enterrado en la panza
de un buque
y es con ella
metiendo batuque
que consuela su
desilusión”.
Autores: Olivares y Castillo
Pienso que esta letra pinta de una manera muy linda todo lo
que tiene que ver con esta inmigración, con la melancolía, con añorar la zona
de donde se salió, sus amores, sus afectos, y además, aunque no aparece en este
tango, todo lo que tiene que ver con una construcción cultural que es muy
importante.
Yo trabajo en la Universidad de Buenos Aires, en una cátedra
que fundó el hijo de un inmigrante italiano muy importante que es Torcuato Di
Tella; el papá del mismo, creador de la famosa industria SIAM, también llamado
Torcuato Di Tella fue uno de los inmigrantes italianos que hizo una carrera muy
importante en lo que es el desarrollo de la industria argentina. Ya
prácticamente alrededor de 1910 había comenzado a fabricar amasadoras de pan,
luego surtidores de nafta, toda una industria metalúrgica y después las famosas
heladeras.
Hubo de todo en esta inmigración italiana, prácticamente
cubre todos los aspectos que tienen que ver con la vida y el trabajo en
Argentina.
Yo, desde mi especialidad, estaba pensando como encarar esta
temática desde los distintos lugares; fundamentalmente hay que tener en cuanta
qué era lo que estaba pasando en Europa, qué en Italia, y qué en Argentina para
que esto se diera.
A principios y mediados del siglo XIX, Italia no existía
como nación, estaba dividida en reinos. Tenemos un personaje en común:
Garibaldi, gestor de la unidad italiana y participante importantísimo de las
luchas del interior de Brasil, Uruguay y Argentina. Tuvo un hijo Montevideano
quién participó también en la unidad italiana.
Había una presencia importante, genéricamente liberales
progresistas, con su máximo exponente: Mazzini y los carbonarios. En su última
etapa, Mazzini participó de la Asociación Internacional de Trabajadores muy
influenciado por el anarquista Bakunin. No eran ciertamente los liberales de
ahora.
En esos momentos se vivían los efectos de la Revolución
Industrial, se daban importantes avances de las máquinas sobre la fuerza de
trabajo que era desplazada y producía así la desocupación generando un alza en
los precios industriales y una baja en los precios agropecuarios.
En España e Italia se vivía una crisis muy grande que en
Italia se complicaba por las luchas por la unificación, peleas contra Austria,
Francia y el Papa. Todos estos aspectos generaron una expulsión de italianos
que comenzaron a emigrar con la idea de hacerse “la América”.
En Argentina en el 1852, cuando cae Rosas, comienza a discutirse la importancia de poblar con
europeos; aparece una consigna muy fuerte “Gobernar es poblar” de Alberdi,
autor de Las Bases, trabajo que asienta la construcción de la Constitución
Nacional.
Se suponía que en Argentina estábamos frene a un desierto,
La pampa, que no era un desierto porque
estaba poblada, por gauchos,
indios ¡gente!, pero desde la visión de esta elite eran despreciados, entonces
aparecía la idea de que había que poblar.
La otra cuestión apareció con Sarmiento; hay una dicotomía
entre civilización (los que venían de Europa) y barbarie (los nativos: indios,
gauchos, criollos). En esto Alberdi y Sarmiento congeniaban: había que poblar
con gente civilizada. En este sentido hay que comprender en quienes pensaban
ellos. A quienes tenían en la mira, y no es para desilusionarlos pero no
pensaban en italianos sino más bien pensaban que los civilizados eran los
nórdicos, franceses, ingleses, noruegos, alemanes. Esta elite criolla tenía un
planteo –sin exagerar- racista.
La inmigración comenzó de una forma relativamente espontanea
a través de lo que se llama cadena inmigratoria, y la difusión de esta
información a través de redes que eran básicamente familiares y se difundían en
la comuna de origen. (Quien fue a América, como le fue, que hizo). Estamos
hablando de la familia, cosa que en Italia aparecía como una unidad muy fuerte,
que decidía quién se iba, cuándo, cómo. Generalmente se pensaba en ir para
volver.
Torcuato Di Tella, en un libro que habla del padre haciendo
una cronología dice que la familia funcionaba como un sindicato, era el ámbito
en el que se discutía y se resolvía; que amparaba, solucionaba. Era una especie
de comité de acción para ver que decisiones tomar en una realidad complicada,
dura; la economía agraria andaba mal, había problemas políticos, sociales,
guerras.
La inmigración antes de 1850 era muy escasa, entre 1850 y
1876 fue creciendo; la ley Avellaneda la favoreció y se organizaron compañías
que trataban de que la inmigración se
diera en forma más ordenada. Se concedían monopolios a personas que
desde Argentina seleccionaban que tipo de gente podía venir y buscaban donde
asentarlos; con esta ley comenzó a venir muchísima gente.
Pero sigamos con lo que pasaba acá en la Argentina, en el
país que los recibía. Aquí decir que estábamos en crisis es como una cosa
eterna, pero la crisis que vivimos siempre parece ser la peor justamente porque
la estamos viviendo.
Estamos alrededor de 1850, y con la caída de Rosas los
conflictos internos continúan, porque el primer presidente después de Rosas fue
Urquiza, que fue un presidente federal, nacido en Entre Ríos, pero a los
porteños no les gustaba. En Argentina había una gran pelea por la Organización
Nacional y por quién controlaba el puerto. En Buenos Aires estaban Mitre,
Alsina, Vélez Sarsfield ligados a la importación y exportación relacionadas con
Inglaterra.
Mitre peleaba contra Urquiza; Buenos Aires llegó a separarse
como país independiente de lo que era la Confederación Nacional pero era más
importante Buenos Aires porque tenía el poder económico, tenía la plata y el
resto no; la Confederación tenía un solo embajador para recorrer toda Europa
que era Alberdi, con sueldos que nunca le terminaron de pagar.
Buenos Aires por lo general perdía las batallas pero cuando
iba a firmar la paz ganaba porque coimeaba, de esa manera se hacía importante
con el puerto.
Era una pelea muy sangrienta que terminó con el triunfo de
una especie de alianza en 1880, acuerdo de las elites; la porteña
(importadora-exportadora), oligarquía de la provincia (dueños de las tierras) y
oligarquías del Interior (caudillos). Estas elites dejaron de pelear contra
Buenos Aires y les dieron la espalda a su pueblo porque Buenos Aires les daba
algunas migajas.
En 1870-1875, la primera inmigración estaba constituida
básicamente por campesinos, venían con contratos, no venían precisamente a
hacerse dueños, sino que venían a trabajar. Las mejores tierras ya tenían
propietarios y ellos fueron ubicados en zonas marginales a beneficio de los
mismos. Estas tierras a veces eran del estado (tierras fiscales), a veces tenían
dueños privados.
Como ilustración, les voy a leer un modelo de contrato de
ocupación de tierra del años 1892: “La
tierra se divide previamente en potreros alambrados de 1600 a 2000 hectáreas y
enseguida se subdivide en lotes de 200 hectáreas, ese es el lote que se le va a
entregar sin alambrados intermedios. Estos lotes se arriendan a chacareros
italianos, con elementos y recursos propios a razón de $4 moneda nacional por
hectárea, por tres años con obligación de dejar el terreno sembrado con alfalfa
al finalizar el contrato siendo a cuenta del establecimiento el proporcionar
las semillas”.
En Argentina la
economía de la época no pensaba en el trabajo de la tierra porque era una economía pecuaria, de vacas.
Este es n contrato absolutamente precario; en tres años
tenían que preparar la tierra. Sacar piedras, cosechar y el último año tenían
que dejar el terreno sembrado con alfalfa porque lo que interesaba era que esa
tierra sirviera para el pastoreo de las vacas. La tecnología de la época ya
había incorporado el frigorífico y se exportaba ganado a Inglaterra.
Esta era la forma en que se trabajaba con el italiano, una
explotación muy grande. Al terminar ese contrato se le renovaba otro, pero en
tierras más alejadas, el objetivo era ir incorporando tierras a la ganadería.
Hasta ese momento la Argentina importaba harina, pero
italianos y españoles comienza a sembrar trigo y se comienza a autoabastecer el
país. Ya para la década del 70 se exportaba muchísimo. Argentina se transforma
en un país agropecuario gracias a la iniciativa de los inmigrantes, ya que a
los nativos no se les había ocurrido sembrar y sacarle provecho agrario.
En 1950 aparecen estudios sobre los inmigrantes, y ven que
los italianos no habían participado en política, por lo menos en el primer tiempo.
Pero esto es verdad a medias; hay instituciones como la Federación Agraria
Argentina que fue fundada en 1912 por chacareros italianos del sur de Entre
Ríos y norte de Buenos Aires, que se organizaron y protestaron por los altos
arrendamientos que les cobraban y comienzan a hacer una huelga; no entregaban
el trigo y se iban ligando a las organizaciones obreras (La FORA estaba
integrada prácticamente por extranjeros anarquistas, socialistas,
sindicalistas). Ante la huelga, la oligarquía se asusta, en 1890 ya había
muchos problemas.
Nace la U.C.R. (Unión Cívica Radical), organización que hoy
está en decadencia, pero que en aquel momento tuvo una gran importancia; aquí encontramos personalidades
como Alem e Hipólito Irigoyen que buscaban democratizar la participación
política, en la que había una discriminación bastante seria: se buscaba atraer
a la política a los nórdicos, no italianos ni españoles.
Desde las élites oligárquicas dominantes, se sostenía que no
era conveniente hacer propaganda migratoria en Italia porque de lo contrario
iban a venir personas que supuestamente traían problemas, ya que no eran bien
vistos. Ante esto se ve la acción de la UCR queriendo democratizar más las
relaciones sociales, tarea en la que también interviene la FORA, los anarquistas,
los estudiantes.
Los sectores conservadores estaban asustados, la UCR estaba
en contra del gobierno oligárquico y querían tomar el poder. Irigoyen decía: “Yo estoy con la causa y en contra del
régimen” y organizaban alzamientos populares armados.
Entonces los conservadores comenzaron a ceder un poco el
poder y a compartirlo. Saenz peña saca la ley de voto secreto y obligatorio,
permite la participación y comienza la democratización de la política. Pero
para esto los extranjeros tenían que nacionalizarse, cosa a la que muchos no
querían acceder. De esta manera se
discutía si la nacionalidad debía ser obligatoria o no.
Cuando se encontraba en vigencia la ley de 1876 (llamada Ley
Avellaneda) se considera inmigrante a aquél que proviene de ultramar, no así
los originarios de los países limítrofes. El inmigrante tenía que ser pobre, no
tenía que estar enfermo, ni muy niño ni
muy anciano. Para ellos el pasaje era gratuito, había gente en Italia que se
encargaba de reclutarlos, venían a instalarse en forma pasajera generalmente en
el Hotel de Inmigrantes y muchas veces en poco tiempo se los trasladaba al
medio del campo en condiciones terriblemente precarias, sin nada, sin
infraestructura, sin escuelas, sin créditos, etc. Se encontraban en zonas
limítrofes con presencia de indios, algunos muy belicosos.
En el caso de Argentina se da lo que ya nombramos como
cadena migratoria, porque la gente venía en general sabiendo donde iba a ir,
sabiendo que había un trabajo, un espacio en tal o cual lugar; venían con un conocimiento
previo bastante importante y las familias funcionan como unidades de decisión,
asesoramiento, protección y ayuda en caso de fracaso.
Los casos en que podían retomar eran muy pocos. Muchas veces pensaban en venir y volver, pero por lo
general se quedaban y traían más gente para Argentina, esto sobre todo para los
que iban al campo, no tenían ninguna posibilidad de volver.
Otros se dedicaban a la industria, con distintos oficios, ya
que esta ley no se aplicó siempre con la misma intensidad; por lo tanto los
inmigrantes en algunos períodos tendían a poblar mayormente las grandes
ciudades como Rosario, Córdoba, Mendoza, Buenos Aires y aquí es donde se
presenta la participación de los extranjeros en lo que son las organizaciones
sindicales.
El primer sindicato en Argentina es de 1877 y es la Unión
Tipográfica (trabajadores de la imprenta), después se organizan las secciones
de la Asociación Internacional de Trabajadores, pero no como “Secciones Argentinas de la Asociación
Internacional de Trabajadores”, sino como por ejemplo “Sección Francesa de Trabajadores Franceses en Argentina de la
Internacional”, en este caso los franceses eran aquellos que habían
escapado de la Comuna de París, estaban también la sección española y la
italiana editando sus propios periódicos, de los cuales a continuación cito
alguno: L´Operaio Italiano, Gli Esportati, I Malefáttori, Gli Inconosciuti, I
Salvatori, Gli Incendiari, Sempre Avanti, Vendetta, Il Pungale, Gli
Internazionalisti.
Son todas organizaciones que obviamente estaban ubicadas en
la lucha, yo no sé si traduzco mal pero “Los
deportados”, “Los Malhechores”, o
sea, fíjense que cuando aparecía un mote, una palabra agresiva y se les
atribuía por ejemplo a los italianos diciéndole: “Ustedes, los italianos, son los malhechores”, entonces esa palabra
aparecía luego como bandera: “Nosotros
somos los malhechores”. Lo mismo pasó con los peronistas, los llamaron “descamisados” y ellos asumieron ese
nombre como bandera y nombre de lucha.
Había un anarquista muy importante, Enrico Malatesta, un organizador de sindicatos en Argentina, él
realizó un trabajo muy lindo que se llama “En
el café”, un trabajo teórico en el
cual los personajes son un anarquista, un socialista y un comunista.
Ellos discuten en un café sobre distintos temas, como por ejemplo que es el
estado, el poder, el sindicato, claro que siempre gana el anarquista por el
hecho de estar escrito por un mismo anarquista. Pero, más allá de eso es una
polémica muy interesante escrita de una manera didáctica para que la gente
pueda entender y formarse.
En esos momentos se van formando dentro de la FORA las
organizaciones sindicales, que se llamaban Movimientos de Resistencia al
Capital: se organizaban obras de teatro, cuentos, poesía, música, toda una vida
cultural muy importante.
Otra forma de organización fue la institucionalización de
los italianos en mutuales, sociedades de socorros mutuos, como por ejemplo esta
Sociedad Italiana que data de 1877, o el Hospital Italiano que es un poco
anterior ya que se relacionaba con las guerras civiles de Argentina.
Había dos tipos de instituciones de los italianos: algunas
profundamente clericales, y otras, la mayoría totalmente anticlericales. Porque
claro, Italia estaba luchando por la unidad nacional y el Papa estaba en contra
de esa unificación entonces había un profundo sentimiento anticlerical en la
comunidad italiana de la Argentina, entonces se ligaban a asociaciones
anarquistas y comunistas.
La Boca es uno de los barrios donde hay una gran
concentración de italianos, y allí se dieron algunos hechos no muy conocidos
pero sí muy importantes. Los italianos de la Boca eligieron al primer diputado
socialista en América que fue Alfredo
Palacios, después eligieron al primer senador de América, otro socialista.
Además, hay otros hechos: en 1905 hay una revolución en
Rusia y se organizaron Soviets, y como repercusión los obreros de la Boca
también organizaron un Soviet en el cual seguramente se hablaba italiano.
Hay una referencia interesante relacionada con la iglesia; como
la misma estaba asustada con la presencia de los italianos tenía miedo de
meterse en la Boca, porque no era fácil, eran todos muy anticlericales.
La siguiente es una cita textual de un folletito que publicó
La Nación y que se llamaba Tierra de
Esperanza y dice así: “ Fue barrio de
marineros, pero también de descendientes italianos, republicanos, masones,
anarquistas, socialistas, activos militantes de sindicatos, su condición de
libres pensadores inquietaba a las
autoridades y su ateísmo recalcitrante preocupaba a la iglesia. Los habitantes
de este barrio sobresalieron en el ámbito cooperativo y en las instituciones
vecinalistas como por ejemplo los Bomberos Voluntarios”.
No sin temor la jerarquía eclesiástica instaló en la Boca,
hacia la final del Siglo XIX la obra salesiana; la primera manifestación
católica debió recurrir a la protección policial para poder aventurarse en las
callecitas portuarias ante el hostigamiento de una muchedumbre disconforme que
llegó a realizar procesiones con la “imagen
del diablo”.
Esto es muy cómico, no quiere decir que la gente adoraba a
Satanás, sino que un poco en broma le contestaban al catolicismo.
O sea que no es cierto decir que los italianos no
participaban de la vida política, ya que sí participaban en los lugares donde
se podía organizar algún tipo de institución, como ya dijimos sociedades de
socorros mutuos, pero también intervinieron en sindicatos, intervinieron en la
vida política y en la vida cultural con mucha fuerza y la respuesta del
gobierno fue violenta porque en 1902 ante la primer huelga de la FORA, salió la
Ley de Residencia, que determinaba
que a todos los extranjeros que metían
presos los deportaban a su país de origen donde seguramente iban a correr la
misma suerte, porque sin duda eran militantes importantes que se habían
escapado y habían venido acá a trabajar por la clase obrera, por sus ideas y su
libre pensamiento. Después apareció la Ley de Defensa Civil, que era otra ley
de represión de la actividad política, sindicalista, de los trabajadores.
Ahora voy a referirme muy brevemente a quienes desde lo
académico estudiaron la inmigración. A fines de la década del 60´y del 50´ quien comienza a estudiar desde la Universidad de Buenos Aires este tema es
un italiano, casualmente el fundador de la carrera de sociología: Gino Germani, una persona muy
importante, un intelectual, que desarrolla la teoría de que la Argentina estaba
viviendo un pasaje de una sociedad tradicional a una sociedad de masas, este es
básicamente el planteo de Germani. El
mismo realiza un acuerdo con la cátedra de José
Luis Romero, otro personaje importante de la historiografía nacional.
Para quienes sepan algo de la historia, José Luis Romero estaba en la corriente historiográfica de los “annales” (escuela académica de origen
francés) y así comenzaron los estudios académicos sobre la inmigración y se
elaboraron una serie de conclusiones: aparecía una alta tasa de masculinidad en
la inmigración italiana, en general la gente tendía a unirse en los barrios por las mismas comunas de origen,
dicen que no percibían a la cultura argentina como algo superior sino que más
bien los inmigrantes se percibían a sí mismos como más cultos.
Esto es diferente a la inmigración italiana en EEUU, con la
cuál hacen también comparaciones; en EEUU era distinto, había una organización
nacional mucho más poderosa y ahí si la inmigración italiana fue ubicada como
inferior, hubo inclusive mucho más elementos de racismo y más profundos en
Norte América que en Argentina. Este es entonces el primer estudio que se hace
en Argentina.
Después vino una segunda oleada de estudios y como suele
suceder en la academias los que vienen atrás dicen que lo anterior está todo
mal. Aquí aparece una alta participación política en los diversos lugares,
porque sostienen que ser un militante sindical es participar políticamente, y
con respecto a la comparación entre la inmigración italiana en Argentina y en
EEUU aparece un menor índice de masculinidad, esto implica la posibilidad de
que haya más casamientos dentro de la misma nacionalidad, a veces de la misma
comuna, entonces aparece la endogamia bastante fuerte, y una importante rapidez
para realizar inversiones estructurales, en lo que es el desarrollo de la
industrias, pero además en viviendas.
Toda la comunidad italiana en general se hacía su casa,
buscaba educación para sus hijos y por esto la inmigración italiana necesitó
una figura que se vio más en EEUU, que son los llamados “padroni” que eran una especie de organización comercial pero de
explotación de los mismos inmigrantes desde la propia Italia, entonces, los “padroni” eran los que determinaban qué
inmigrante podía ir, y a partir de él cobrándole determinado tipo de cuota los
ubicaba. Como era muy fuerte la cadena migratoria con base en la familia en la
Argentina hubo menos influencia de los padroni.
La organización de mutuales italianas apareció como algo
importante para dar sentido de identidad nacional y de continuidad cultural y
en general parecería como que tendieron a reproducir las mismas relaciones que
había en su comuna, la misma estratificación social y aparecía también una
elite de inmigrantes buscando ligarse a la elite local.
Como conclusión sería interesante comparar esta reflexión
con una especie de círculo, porque nosotros hemos visto como Italia en un
momento determinado dentro de la organización nacional expulsa gente, Argentina
en su organización nacional, con muy poca población la absorbe.
En estos momentos hay una situación a la inversa, pareciera
como que estos países que recibieron tanta inmigración son expulsores de gente,
pero estamos en una situación diferente, uno puede comparar lo que era el fin
del siglo XIX en Europa donde el mundo todavía tenía cierto lugar donde se
podía ir, uno era Argentina, otro era EEUU y otro era Australia, básicamente
estos eran los tres lugares importantes con grandes llanuras despobladas, y
además estábamos en la etapa de la industrialización.
Pero hoy, ya hemos pasado por la primera guerra mundial, por
la segunda guerra mundial, hemos pasado de la etapa de la industrialización a
la etapa de la globalización y en esos momentos estamos en una situación más
dura que la que vivió la migración que realizaron los europeos hacia Argentina;
porque no era sencillo venir, quien venía seguramente era una persona joven,
animosa, con fuerza y acá más o menos se encontraba su ubicación, encontraba un
trabajo, su posibilidad de hacer algo, con changas, con mil cosas, aprendiendo
distintos oficios.
Pero en este momento no es tan sencillo, en Argentina el
trabajo se fue esfumando, ha ido desapareciendo, pero no es solamente en la
Argentina y pareciera que tampoco hay un lugar donde volver. Fíjense la
paradoja que hay en este momento; los capitales circulan con una velocidad
impresionante y con na libertad absoluta y la gente no, la gente llega de
Argentina a EEUU y la mandan de vuelta, van a Italia, España y la mandan de
vuelta,
El país que mandó a sus hijos, a su gente a la Argentina
ahora no los recibe, no hay lugar en el mundo para este modelo, entonces uno
tendría que pensar sobre este modelo que estamos viviendo, que no nos deja
lugar, que ya no tenemos donde migrar, tendríamos que ver que hacemos: o
migramos a la Luna, cosa que todavía es imposible o hacemos algo para que este
lugar donde estamos viviendo sea realmente nuestro, creo que es el desafío del
presente”.
Miguel A. Etchegoyen
Marcos Paz, 2002
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