viernes, 21 de abril de 2017

Las Gran Guerra y los Objetores de Conciencia

Cualquier “Exterminio” para poder ser llevado a cabo necesita dos o tres requisitos. El primer requisito es que exista un victimario. Puede ser cualquier pueblo o etnia que se cree mejor que los demás y es capaz de buscar la supremacía quitando a los Otros su Humanidad, de lo contrario la “Exterminación”  no podría realizarse.
El segundo requisito es que exista una “victima propicia”. De esta manera nombró a las etnias, pueblos o comunidades que son minoritarias en un territorio determinado. Han convivido desde siempre con sus agresores y sencillamente “no pueden creer” que sus vecinos de un momento a otro los ataquen. 
Un caso conmovió en mi adolescencia. Es el de un amigo armenio de mi Abuelo Pappo. Mi Madre nos presentó quince años después de la muerte de mi Abuelo. Este Hombre me contó como mi familia ayudo a la suya dándole trabajo. Fue en la época en que mi Abuelo Grande Ramón -  así llamamos nosotros a mi Bisabuelo -  tenía una panadería en el barrio de Flores, en Buenos Aires.
El “Abuelo” de ese Señor, cuyo nombre preservaré en los medios, escapó de su pueblo en Turquía porque soñó que tanto Él como su familia eran víctimas de un “Pogrom”. Menos de cuatro meses después los Turcos masacraron a los Armenios con los que habían convivido tanto tiempo.
Cuando esa familia se fue de Turquía sus vecinos los tildaron de “locos” y de “mentirosos”. Seguramente había señales de “Peligro” pero nadie quería o pocos estaban preparados para verlas.
Para que suceda un exterminio, a mi manera de ver, se necesita un tercer requisito y es que acontezca, un proceso de radicalización en el cual se “odia tanto al otro” que se reemplaza su Humanidad.
Hitler, por ejemplo, lavaba el cerebro de las personas. Les decía a los niños de cuatro o cinco años mentiras aberrantes como que los judíos eran alimañas. Estas mentiras, dichas a conciencia por la propaganda nazi, buscaron despersonalizar a las víctimas. Esperaban que los niñitos alemanes fueran capaces de asesinar un día a sus vecinos. No es fácil asesinar a un Ser Humano, pero, si convencen a las masas de que los Humanos han dejado de serlo se obtiene al ‘agresor perfecto’.
En la Primera Guerra Mundial los objetores de conciencia fueron muchos. Los Imperios tenían propagandas, sin embargo, la religión era aún poderosa e impedía matar.
Británicos, franceses y alemanes fueron recluidos en la cárcel. Se los amenazó con el paredón y el pelotón de fusilamiento. Muchos desistieron o fueron fusilados mientras muchos otros fueron al frente de batalla.
Escasos objetores de conciencia permanecieron en prisión y sufrieron el rechazo de sus amigos y familiares. A las Mujeres no nos escucharon. Los Idiotas nunca escuchan a la Mujeres. ¡Será de Dios! Los Trabajadores pertenecientes a la Internacional Socialista vieron venir el desastre. Advirtieron sobre los horrores de la Guerra. Desgraciadamente, los partidos socialistas de cada país fueron débiles. Perdieron a sus partidarios en la lucha cuerpo a cuerpo con el ‘Nacionalismo Imperialista’.
Los que participamos en la marcha contra la invasión a Irak a principios del Siglo XXI, queríamos evitar una lucha fraticida, la radicalización en USA que puso a Trump en la Casa Blanca tantos años después de ese terrible 11 de septiembre y la radicalización de grupos islamitas que dio al mundo esa Oscuridad llamada Isis.
En mi caso particular fui muy insultada en lo personal por apoyar la invasión a Afganistán porque rechazaba la de Irak. Afortunadamente, escribía yo con seudónimo en aquellos años. Mi Padre no fue insultado por ellos ¿Cómo oponerse en Afganistán? Bin Laden estaba alllí y debía ser detenido.
Nadie debe desmerecer el Valor y el Coraje de los Soldados de USA que Lucharon y Luchan contra el Talibán. Sería igual que criticar a los Belgas por defender sus ciudades cuando Alemania las Invadió para atacar a Francia en 1914. Eso es lo peor de la Guerra. Tarde o temprano tu Nación y  Tú tienen que defenderse para evitar ser una ‘víctima propicia’.
Tal vez Isis lleve al Planeta a una Guerra Total. Tal vez esa Guerra destruya países enteros por tierra, aire y agua. ¿Quién puede saberlo a ciencia cierta? No veo en Trump a un Roosevelt, así que le pido a Dios que no suceda. Desearía que los Vientos de Guerra golpeando mi rostro y mi alma  solo fuesen una propaganda, una pompa de jabón porque las víctimas no vuelven a casa y seamos sinceros, en nuestra condición de civiles, las víctimas siempre somos nosotros.

Lía Olga Herrera Soto

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