
Por esta causa en
1916, Inglaterra estuvo obligada por las circunstancias a aprobar el
alistamiento obligatorio de sus jóvenes.
El plan
Schlieffen, ideado por Alemania en 1905, falló.
Este plan consistía en asegurar
el avance del Reich a través de Bélgica para invadir Francia.
Una vez en
Francia, las tropas alemanas ocuparían todos los puertos del norte desde el
Havre hasta Dunkerque. El golpe de gracia sería virar hacia Paris.
La realidad fue
más amarga que los Delirios de Grandeza. Con pérdidas inimaginables hasta la
Gran Guerra un ejército pequeño en nombre del rey belga Alberto I defendió
Lieja durante once largos y sangrientos días.
El general alemán Erich Ludendorff no podía creerlo.
Cuando el 20 de
agosto los alemanes tomaron Bruselas, los belgas se replegaron en el puerto de
Amberes dando a los franceses tiempo de movilizarse en el oeste.
Obligaron así a Moltke a trasladar varias divisiones hacia el frente oriental donde los rusos centraban su contraofensiva.
Obligaron así a Moltke a trasladar varias divisiones hacia el frente oriental donde los rusos centraban su contraofensiva.
Ante la
heroicidad de los belgas, tan rescatada por el Profesor Ramón Melgar en su obra
“La Democracia y la Guerra”, las
tropas alemanas se detuvieron y Paris fue salvada.
Mientras tanto,
el mariscal Joseph J. Joffre ordenaba la retirada estratégica hacia el río
Marne y el gobierno francés se parapetaba en Burdeos. Para Horror de la Humanidad la batalla del Marne
estaba comenzando.
Lía Olga Herrera
Soto
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