En el
relato “La casa vacía” nos muestra Sir Arthur Conan Doyle a un abatido
doctor Watson. Se encuentra lejos de Baker
Street porque Sherlock Holmes
está muerto para el mundo luego de caer por las cataratas Reichenbach.
Doctor Watson se
dedica a ejercer la medicina por inercia aunque, su depresión no le deja
vislumbrar esperanza alguna. De repente un día, no puede dar crédito a lo que
ven sus ojos cuando su amado compañero Sherlock Holmes se presenta delante de
él para contarle cómo sobrevivió a su enfrentamiento con el aborrecible
profesor Moriarty.
En 328
páginas, este libro publicado por EME, nos devuelve al iconográfico detective y
nos ayuda a dormir tranquilos en estos tiempos convulsos y letales.
No es de
extrañar que los lectores victorianos a finales del siglo XIX pidieran por su
regreso. Podemos vivir con muy poco. Pero, no se puede vivir sin la Justicia y
sin el convencimiento de que la Justicia triunfará como el Bien hacia el Final.
Lía Olga
Herrera Soto
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