Cuando nací, Argentina era víctima de una terrible DICTADURA que se hacía llamar "Proceso de reorganización Nacional". La DICTADURA ARGENTINA puede entenderse sólo si se comprende la Guerra Fría, momento histórico luego de la Segunda guerra Mundial, donde las potencia capitalistas y las potencias comunistas luchaban por el predominio planetario.
En ese marco de brutalidad política los opositores soviéticos, los cristianos y los judíos eran masacrados en Siberia y en Occidente; los opositores políticos, los testarudos, los demócratas y los republicanos eran masacrados en Argentina. Suena increíble pero es verdad.
En Argentina la represión fue total. Se busco destruir toda forma de organización civil. Los partidos políticos fueron prohibidos. La Iglesia Católica, dividida entre los partidarios de la Dictadura y los defensores de Cristo que defendían a los pobres y desprotegidos, fue masacrada.
Estudiantes, maestras, militares creyentes confesos de la Constitución Nacional, abogados que presentaban Habeas Corpus por sus clientes, jugadores de fútbol, políticos, médicos que se negaban a robar niños, amas de casa y madres y padres de familia fueron perseguidos, acechados, secuestrados, violados, torturados, masacrados y sus cuerpos fueron DESAPARECIDOS.
A partir de 1983 Argentina tuvo que recomenzar una vida democrática que le había sido amputada, pero: ¿Cómo vivir con el corazón secuestrado? ¿Con el Alma asediada por el llanto? ¿¡Con los hijos y nietos que no están!?
Gracias a Dios lo consiguió porque a pesar de lo que digan los ignorantes , la Nación Argentina es NOBLE, SOLIDARIA Y TRABAJADORA.
Con muchas falencias todavía la república camina en Democracia, recuerda su pasado y trata de aprender porque como dicen Nuestros Hermanos Mayores*; "Un pueblo que no recuerda puede volver a cometer los mismos errores".
Cuando el 24 de marzo de 1976, el golpe de estado encabezado por Jorge Rafael Videla, Eduardo Emilio Massera y Orlando Agosti tuvo éxito, el MAL salió del INFIERNO para caminar por nuestras calles, para llevarse a nuestras familias o las familias de nuestros vecinos y para tratar de destruir todo lo bondadoso y decente que existe en nuestros corazones.
El Congreso Nacional de nuestro país decidió anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, por lo cual los indultos por GENOCIDIO dejaron de ser legalmente efectivos.
Este día 24 de marzo, como todos los otros días del año, debe recordarse y enseñarse que ningún hombre debe matar a otro por ningún motivo, que el Bien puede vencer al Mal y que solo mediante la Verdad y el Amor al Prójimo seremos libres.
Lía Olga Herrera Soto
* los hebreos
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