martes, 7 de abril de 2015

Los Filósofos y el Mal

   Los griegos cuentan que Prometeo robo el Fuego de los Dioses, y éstos, enfurecidos, lo condenaron a ser torturado eternamente. No por el robo en si, si no porque compartió el Fuego con los Hombres. Es un injusto castigo si tenemos en cuenta que los Hombres usaron el fuego para iluminar los templos y para honrar a sus Amados Dioses.
    A partir del nacimiento de la filosofía, la vida religiosa adquiere nuevas contradicciones y las certezas se vuelven cada vez más efímeras. Los Hombres dejaron de contentarse con afirmar la existencia del Mal como resultado del castigo merecido.
    Para los primeros filósofos el Mal no podía venir de Dios porque, nada malo podía proceder de una entidad divina. El Mal como entidad distinta enfrenta a las Potencias Benignas emanadas del Auténtico Dios. Toma diferentes formas. Es llamado demonio, Satanás o Lucifer no puede proceder de Dios.
   La Tierra, por lo tanto, es campo de Batalla y el Hombre tiene que escoger un Bando para luchar, sucumbir o prevalecer. Se plantea  entonces el dilema del Libre Albedrío. Pelagio sostenía que si el Hombre podía elegir desde la Libertad, entonces, era libre. Pero si el Hombre era libre sólo en apariencia sus decisiones estaban predestinadas.
  Durante las Cruzadas, entre las cuales se encuentra la librada contra los albigenses solía gritarse: "¡Maten a todos!¡Dios reconocerá a los suyos!
   No hay que ser filósofo para descubrir que todos los pueblos existentes sobre la Tierra se han sentido el Pueblo Elegido en algún momento.
   El Mal yace en creerse inexpugnables. El Mal yace en caer en la violencia. El Mal yace en creer que se hace un Bien cuando se destruye al Otro.
  No comparto las ideas publicadas en Charlie Hebdo. No comparto que Alguien pueda masacrar al Otro porque hizo un chiste que no le gusto.
  Vi en el noticiero como los asesinos mataban a un Policía. Era un vídeo de mala calidad, careciente de sonido, mostraba apenas lo necesario. luego, supe que el policía era Musulmán. El Dolor y la Indignación sentidos en mi corazón, se acrecentaron con este dato, en lugar de menguar como esperaría un fundamentalista.
  Pocos días después, una niña de ocho años me preguntó que pensaba de lo sucedido. Le dije que: "el mundo se divide entre gente buena que hace cosas buenas y gente mala que hace cosas malas". Se resignó porque la respuesta le pareció lógica, según me dijo.
   Me pregunté a  mi misma si los filósofos no dudaban al respecto. Pensé en mi abuela Laura, sobreviviente de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial. Recordé lo que me contaba de los NAZIS, de la forma impecable en que mataban, de lo aséptica que era su Maldad.
  No se lo dije a nuestra Pequeña para no asustarla pero en ese vídeo vi NAZIS, vi como la Maldad Pura entraba en acción y eso nada tiene que ver con el Amor con el  que enseña a vivir el Islam.
Lía Olga Herrera Soto
  
  

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