sentí en mis carnes.
Horrenda golpeó
mi costado izquierdo.
Un oscuro compás de amante
de aletargado sueño,
secó el riachuelo
de mi vida en celo.
Una puñalada oscura
resultó tu beso.
Quebradas mis alas
no puedo levantar vuelo.
Lía Olga Herrera Soto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario