si he de perderte
que tus cristalinos ojos
irreverentes.
No quiero otro cielo
que mi luz dignifique
que tus negros cabellos
de salitre, llanto y viento.
No quiero otra religión
que la del Dios aquel
que en ti, a mi Adán creo,
y con gran tino dijo
que yo para ti soy.
Lía Olga Herrera Soto
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